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Directo a Japón 2018 - Diario de viaje (Día 15) - Iwakuni e Hiroshima

Rumbo a Iwakuni e Hiroshima

14 de Marzo de 2018

     Cómo no, la mañana comenzó con un buen madrugón para poder coger el ferry de las 7:20. Con esta ya es la tercera vez, pero me sigue dando una pena infinita ese paseo entre el hotel y la estación del ferry, despidiéndome de los ciervos que me encuentro por el camino (que por cierto, al salir por la noche certifico que cuando se van los turistas vuelven a aparecer).

  • Un puente peculiar, un teleférico y un castillo en las alturas:

Tras llegar a la estación de Miyajimaguchi, al ir a pasar por el torno de entrada el revisor me quiso dirigir directamente al andén que iba a Hiroshima, pero cuando le dije que iba a Iwakuni se sorprendió un poco, por lo que imagino que no es lo habitual cuando alguien se va de Miyajima. Era un tren local, del mismo modelo que el que me trajo ayer a esta misma estación. Iba hasta los topes de gente, sobre todo de estudiantes de secundaria, todos enganchados a sus móviles sin levantar la cabeza. Supongo que eso es algo global.

Tras unas pocas paradas llegué a la estación de Iwakuni, una estación mediana, de ciudad pequeña. Lo primero fue buscar alguna indicación para ir a la parada del bus que debía llevarme al Puente Kintaikyo, y por suerte estaba bastante bien indicado, encontrándose justo a la izquierda de la estación según bajas a pie de calle. Había una señalización en un cartel que indicaba que de ahí partía el bus, aunque ninguna sobre qué número de bus era, pero preguntando al conductor confirmé que el primero en pasar era el correcto.

 

 

El trayecto cuesta 300 ¥, y al subir debes coger el ya típico papelito que indica en qué parada te subiste. Lo mejor es que estés atento a la locución para saber cuando llega tu parada, ya que al menos en mi bus no había ningún panel electrónico que lo avisara. Como yo iba cargado con todo el equipaje, lo primero que hice al llegar a mi parada fue acercarme a las taquillas que hay justo en la acera de enfrente. Las más grandes cuestan 500 ¥, y únicamente funcionan con una moneda de 500, por lo que intenta llevar alguna encima si vas a hacer lo que yo.

Tras liberarme del peso, crucé la carretera hacia el río y ya pude ver el famoso puente, con una estructura bastante curiosa que parece serpentear. Como llegué bastante temprano no habían casi turistas, así que me paré unos segundos a sacar un par de fotos tranquilamente. Si quieres atravesar el puente tienes que pagar una tarifa, así que lo que yo hice fue adquirir el ticket conjunto que te vale para ir y venir por el puente, subir y bajar por el teleférico, y además entrar al castillo. Todo eso por 900 ¥, teniendo además un par de descuentos para unos museos de la zona.

 

 

Les recomiendo tener cuidado con donde ponen los pies al recorrer el puente porque los escalones son bastante finos y casi no se ven al principio, y teniendo en cuenta mi tropezón de ayer estuve con mil ojos. Se tarda nada en atravesarlo, y tras cruzar la carretera al otro lado entras al Parque Kikko, construido por el tercer señor feudal de Iwakuni, de quien puede verse una estatua a la entrada del mismo. Pasé tan pronto que no habían activado aún las fuentes, así que no me detuve mucho por el parque y me dirigí a la estación de donde partía el teleférico que me llevaría al castillo.

Este teleférico sale cada 15 minutos, y te ofrece unas buenas vistas de la ciudad. Cuando llegas arriba aún te espera una pequeña caminata de unos 5-10 minutos hasta llegar al castillo, pero se hace agradable al discurrir por un bosque. Cómo no, aquí también habían advertencias sobre serpientes, pero por suerte no me encontré con ninguna, y que siga así.

 

 

Ya en el Castillo de Iwakuni accedí a su interior, teniendo en cada una de sus plantas una exposición de objetos de la época, como espadas y armaduras, así como escritos, fotografías de personajes relacionados con la historia de la ciudad, y algunas fotografías de otros castillos de Japón. La última planta estaba reservada para un mirador que ofrece unas increíbles vistas de Iwakuni, con su puente incluido.

 

 

Es una visita que se hace en pocos minutos, así que al poco de llegar ya estaba bajando de nuevo hacia el teleférico. Como llegué un minuto después de que partiera el último, tuve que esperar al siguiente, pero un reloj que hay en el centro del pequeño parque junto a la estación amenizó la espera con una cancioncilla y unos movimientos peculiares de los muñecos que tiene dentro. Pasados los 15 minutos, subí al teleférico y repetí el camino de regreso hasta la taquilla donde estaba mi equipaje. No iba a volver a la misma estación por la que vine, sino que tenía que tomar un shinkansen en la estación de Shin-Iwakuni, por lo que tuve que coger otro bus en la misma parada donde me bajé para llegar al puente.

El trayecto hasta la estación me salió unos 350 ¥, siendo esa su última parada. Como había hecho la visita bastante rápido, llegué antes de la hora de salida del tren sobre el que había reservado un billete, así que me acerqué a la oficina de JR e hice una nueva reserva para el siguiente tren que me llevaría a Hiroshima, que casualmente pasaba en 3 minutos.

  • De vuelta por Hiroshima:

Solo había una parada entre esa estación e Hiroshima, así que el trayecto fue muy corto, de unos 15 minutos. Al llegar a la estación quedó patente que ya no me encontraba en una estación de pueblo como algunas por las que había pasado últimamente. Había tal cantidad de gente yendo y viniendo en todas direcciones que me eché a una esquina para organizarme un poco.

 

 

Con todo ya en orden, me dirigí a la salida que daba a la parada de los tranvías, teniendo que coger la línea 1 para llegar a mi hotel, el Park Side Hiroshima Peace Park, que como su propio nombre indica, está justo al lado del Parque de la Paz de Hiroshima. Nada más bajarme en mi parada, me dió un subidón al ver que en un radio de 100 metros tenía varias tiendas frikis, como Animate o Book-Off, y un CoCo Ichibanya a la vuelta de la esquina.

Pero como tenía ganas de soltar el equipaje me puse en dirección al hotel, que me dieron la agradable sorpresa de dejarme entrar a la habitación a las 12:00, cosa que agradecí en el alma porque no me apetecía nada volver a cargar con la mochila hasta los topes. Una vez dejé las cosas y aligeré peso, lo primero que hice fue ir a comer algo al CoCo Ichibanya. Muy mal por mi parte no haber especificado el punto de picante al hacer el pedido, porque al entrar aquella comida en contacto con mi boca sentí fuego, y seguramente no era de los niveles más picantes ni de lejos. Así que tras beberme jarra y media de agua me fui a un par de las tiendas que vi al llegar. He de confesar que me he enamorado de los Book-Off, y si por mi hubiera sido me habría pasado media tarde allí metido. Pero he de ser fuerte y no comprar nada hasta Tokio por motivos de logística.

 

 

Tras darme una vuelta viendo videojuegos tirados de precio y figuras a 300 ¥, me fui hacia el Parque de la Paz, por el que ya había pasado en mi primer viaje, pero me apetecía volver por allí. No deja de ponerme la piel de gallina el imaginar lo que pasó allí en 1945, y me pone de muy mala leche ver como algunos energúmenos siguen jugando con las vidas de los suyos y ajenos. Esta vez no entré al Museo Memorial de la Paz, el cual tiene su edificio principal en reformas, así que lo siguiente fue dirigirme hacia el Castillo de Hiroshima, también conocido como Castillo Carpa. Este castillo es una reproducción, ya que por la Bomba Atómica de 1945 quedó totalmente destruido. En los alrededores del castillo hay algunos jardines, edificios y santuarios que pueden visitarse gratuitamente, no así el castillo, por el que hay que pagar una entrada de 370 ¥, y como yo no tenía muchas ganas de subir más escalones y mi cupo de castillos japoneses lo tenía cubierto por hoy, di media vuelta y me vine al hotel.

 

 

Hoy tenía previstas un par de visitas más, como los jardines Shukkeien, recorrer con más calma la calle comercial Hondori, así como también la calle Aioidori. Incluso pensaba salir a cenar por Okonomimura, y probar unos típicos okonomiyakis de Hiroshima, pero entre el cansancio acumulado, las agujetas de ayer, y que tengo que hacer unas cosillas personales (que no todo es viajar sin obligaciones) me he vuelto al hotel y aquí estoy cumpliendo religiosamente con el diario de viaje. Así que ahora cuando termine me pondré con lo otro que tengo que hacer y seguramente cuando acabe ya será hora de meterme en la cama.

Espero que no te hayas cansado aún de este viaje, porque quedan aun muuuchos días por delante hasta el final. Gracias por seguir ahí y nos vemos mañana ;)

 

 

 

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Comentarios

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Pietra

14/03/2018

Me gustaria ir a Japón

Directo a Japón

16/03/2018

Todo es proponérselo, y ahorrar ;)